San José, 15
de agosto de 2013.
Sr. Daniel Ortega
Presidente
de Nicaragua
Estimado
Daniel,
Me tomo la
libertad de tutearte, porque francamente siento que nos conocemos desde que
ambos éramos chugüines recorriendo los potreros y nadando en las pozas de esta
bella franja de territorio que compartimos y llamamos istmo centroamericano. Te
escribo hoy, 15 de agosto de 2013, para celebrarte, porque quienes te conocemos
sabemos que sos la madre.
Desde los
años setentas, cuando eras líder revolucionario y te tomabas libertades con las
mujeres que aparecían a tu paso, no he dejado de admirar tu hombría, tu liderazgo y tu visión.
Que hayás hecho tuya a la hija de tu esposa, y que lo hayás hecho con el
apoyo incondicional de la propia madre de la mocosa, terminó por convencerme de
que eras un hombre de verdad, digno de admirar.
Ahora que te
veo nuevamente en problemas con Costa Rica, siento que es mi obligación acudir
en tu ayuda. Como se lo dije en alguna
ocasión a tu compatriota Enrique Bolaños, mediante carta que te copié públicamente reconociendo que en Nicaragua sos, indudablemente, “el dueño de la
finca”, tenés mucho de lo que estar preocupado.
Costa Rica es un país expansionista, con una sorprendente capacidad
bélica, y aspiraciones neocoloniales sobre buena parte del territorio
nicaragüense. Para terminar de hacerla
trompuda, en este momento contamos con un gobierno ultra efectivo, que logra
todo lo que se propone, y para mejorar un poco su imagen interna, está
planeando la soñada invasión de Nicaragua.
La realidad,
mi querido Daniel, es que vos no conocés bien la historia ni la geografía
centroamericanas. Cuando afirmás que
Guanacaste es de Nicaragua, tenés razón, pero te quedás corto. El mayor temor
de los ticos es que algún día un gobernante nicaragüense – entre los muchos tan
buenos e ilustrados que tu país ha
tenido (empezando por vos) – llegue a descubrir que la mayor parte del
territorio costarricense es, en realidad, territorio nica ocupado. Aprovecho
para darte una pista.
Si vas a
reclamar Guanacaste en La Haya, no te detengás ahí, jodido. Alajuela es 100% nica, y te doy aquí las irrefutables
pruebas que podrás usar en tu alegato:
- Fijate, primero que nada, en el mapa político de la Costa Rica moderna. La provincia de Alajuela limita por el norte con Nicaragua y por el noroeste con Guanacaste. En realidad Alajuela era parte del territorio nica, pero los ticos muy hábilmente le cambiaron el nombre para confundirlos. Para ustedes era el sector La Lajuela de Guanacaste, pero date cuenta del malvado ingenio de los ticos que la separaron de Guanacaste, le quitaron la L y pegaron la A al resto del nombre, para que ustedes no se dieran cuenta de que se trata de uno y el mismo territorio.
- Los alajuelenses son nicas, y no de cualquier tipo, sino de los que a vos te gustan. ¿Cuáles son los colores del uniforme del equipo de futbol de Alajuela? Rojo y negro, por supuesto, en homenaje a la bandera sandinista. ¿Por qué creés que a los alajuelenses les decimos manudos? La Liga Deportiva Alajuelense se inició como equipo de beisbol. Cuando los matrafuleros ticos los obligaron a cambiar a futbol como parte de su estrategia para costarricanizar el territorio, ellos, que ni sabían cómo se jugaba el balompié, se presentaron a su primer partido con su uniforme de beisbol completo, incluyendo los guantes. Como a cada rato les pegaba la bola en la mano, el árbitro tenía que cobrar falta en contra de Alajuela (Regla 12 de la FIFA). Esa ingenuidad de los nicalajuelenses les valió el mote de manudos.
- ¿La estatua de quién creés que veneran los alajuelenses, y cómo se llama el aeropuerto internacional de Alajuela? Si pensaste en Juan Santamaría, estás en lo correcto. ¿Y quién fue Juan Santamaría? Ni más ni menos que un nicaragüense de La Lajuela, hijo de madre nicaragüense, y el gran libertador de Nicaragua. Aquel que venció a los yanquis al quemar el Mesón de Rivas con las huestes de William Walker adentro. O sea, mi querido Daniel, los alajuelenses de hoy en día son en realidad cripto-nicaragüenses que celebran las efemérides patrias pinoleras disfrazándolas de eventos costarricenses para no ser descubiertos.
Entonces, mi
querido Daniel, ante la gravedad de los hechos y el inminente peligro que corre
tu país por el expansionismo tico, llevado a su máxima expresión por doña Laura
Chinchilla y su eficaz gobierno que logra todo lo que se propone, yo te
aconsejo que no perdás más tiempo y presentés
tu reclamo formal por Guanacaste y Alajuela, tomando a la vez las medidas
necesarias para prevenir el ya inminente ataque militar costarricense.
Y no me
tenés que agradecer nada, que para eso somos los amigos. La próxima vez que nos veamos, me invitás a
comer un vigorón y lo bajamos con unas Toñas.
Un abrazo
fraternal,
Dean CóRnito