
La vida es algo muy básico y corto. Una sucesión de decisiones, caminos que escogemos, buenos y malos consejos, actitudes erróneas que pueden perfilar nuestro carácter y desfigurar la forma de percibir el mundo.
Todos percibimos al mundo de forma diferente, cierto, pero existen personas que desean monopolizar su visión sin importar cuantos caigan en el proceso.
Somos suceptibles al ambiente, a quienes nos educan, nos aconsejan y acompañan a través del camino. Por naturaleza absorvemos mas facilmente la energía negativa que la positiva al punto que, en algunos casos las personas terminan queriendo tener al mundo debajo de su suela.
El odio es ignorancia, querer cambiar al mundo por la fuerza es ignorancia. Ser incapaces de aceptar de que ni siquiera nuestro tiempo esta bajo control y que el mundo es una selva en la que para cada depredador existe uno mas grande. Y el que desee colocarse en la cima de la cadena termina siendo abatido a traición por otro y este por otro.
No podemos manipular al mundo a nuestro gusto o cambiarlo a patadas. La razón impuesta por la fuerza carece de todo raciocinio. Y en estos días el orgullo es una trampa que solo puede producir dos respuestas, que nuestro tiempo se acorte y el que tengamos sea un infierno.
El fuego se combate con fuego - si, y el resultado evidente sera un mundo consumido por las llamas.
Creo que somos capaces de vivir en armonía, aprender a convivir, optar por un camino mas sano e inteligente, aceptando los eventos como son, respetando al del lado, aceptando que no todo puede pertenecernos, que solo los niños tienen esa actitud - sera parte de nuestra naturaleza? -
Que mejor premio que vivir en paz, sin temor a esa esquina oscura, al parque de noche, al extraño sentado al lado en el bus. Poder disfrutar la vida sin que nadie la restrinja, la deforme y escupa su en tu plato ese odio que, como una masa negra, los devora por dentro.