En un artículo publicado en La Nación el 5 agosto 2011, don Ottón Solís hace suyo los comentarios de muchos analistas del “mundo económico” sobre una probable recesión en los países desarrollados, partiendo de esa opinión generalizada entre economistas, nos ofrece una receta muy equivocada de cómo actuar los costarricenses para enfrentar esa potencial crisis.
Es decir, parte de una tesis compartida por algunos círculos, se apropia de ella para lograr credibilidad, y luego nos receta su posición ideológica dogmática.
Un ejemplo claro de eso es que nos receta restricciones al comercio internacional del país, sin decirnos de dónde vamos a sacar las divisas para pagar los 2 mil millones de dólares de petróleo que consumimos anualmente, a menos que piense que vamos a encontrar petróleo y esté de acuerdo con la exploración petrolera, ni cómo vamos a pagar el trigo para el pan ¿O es que don Ottón piensa que vamos a producir trigo en Costa Rica? ¿O si vamos a pasar a punta de aspirina? Por no poder adquirir los medicamentos en el exterior que los costarricenses necesitamos, o es que también pretende que de la noche a la mañana vamos a producir todas las medicinas que requerimos. . .
Otro ejemplo sería que como parece reniega de los convenios internacionales que el país suscribió, los países a los que les exportamos podrían ponernos barreras arancelarias fuertes a nuestras exportaciones agrícolas principales (piña y banano), tal vez la receta de don Ottón sea que vivamos a puro de banano y piña.
Y otro ejemplo es pretender que por decreto se elimine la corrupción política, cuando todos sabemos que ese es un fenómeno cultural en el cual el ejemplo de los gobernantes, no las poses politiqueras, así como una cultura de valores ciudadanos y no tolerancia de actos corruptos por parte del gobierno, llevarán en un proceso a resolver este problema.
Sin embargo, no dejo de pensar que hay que tenerle cuidado no solo a los corruptos y corruptores. Sino a aquellos buscadores de poder que gritando que son honrados, auto convirtiéndose en fiscales, jueces y verdugos a la vez, atacan a ciudadanos honestos, cuyo único pecado es oponerse a las ideas diferentes, como si fueran dictadorcillos.
Un último punto importante -del que francamente no entiendo la incongruencia con el diagnóstico que hace y pone a pensar que otra vez están plagiando como en la campaña política- es la receta de crecer en el mercado interno con la producción nacional, cuando ese mercado es muy pequeño y parte muy importante de nuestra producción es la exportación… y en el diagnóstico nos dice, lo que es cierto, que todos los mercados están interconectados.
En fin, por dicha no soy economista y tengo excusa para no entender el galimatías de don Ottón