Un día como hoy me pongo a imaginar cómo sería jugar “ruleta rusa”: mi turno, pongo el cañón del revólver en la sien derecha de mi cabeza, lentamente y poco a poco hago presión con el dedo sobre el disparador, “click” abro los ojos y sigo consciente, ahora es turno de mi oponente…
Las noticias nos confirman que los vehículos automotores provocan muertes –y muchas-, dependiendo de su manejo, al igual que un arma de fuego, pueden ser seguros o letales. Los accidentes con ambos traen luto a un hogar.
Cuando nos enseñaron en la Academia a utilizar armas, nos dieron una lista de cosas que “nunca” se deben hacer, para evitar accidentes y disparos no planeados. En la conducción de vehículos, hay reglas que “nunca” deberíamos ignorar.
Conducir una motocicleta sin usar el casco de seguridad, es semejante a apuntarse en la cabeza con un arma de fuego cargada.
Beber licor y conducir, es como tomar una AK-47 y apuntarle a personas inocentes.
En nuestra cabeza decimos: -si sólo apuntamos y no jalamos el gatillo, nada va pasar. Creo que nadie piensa en matarse o matar a alguien cuando conduce, pero sucede con frecuencia. Los accidentes con ambas máquinas, se pueden evitar siguiendo sus reglas de manejo.
¡Con las armas y los vehículos no se juega!