Los ojos y la mente de niño trastocan con el tiempo. Probablemente muchos adultos entiendan a qué me refiero cuando digo que quizás debamos ver algunas pelÃculas, series y eventos culturales de todo tipo de nuevo, esta vez, con nuestros ojos y mente adulta, pues ciertamente la visión e interpretación es totalmente otra.
Examinar un cuento infantil con una mentalidad adulta, o más bien, crÃtica, (pues creo que no necesariamente todo adulto es crÃtico, y Piaget me respalda), es una tarea que rara vez se hace, pues los cuentos están dirigidos a niños, y quizás, es tan poco frecuente que un adulto llegue a verlos, como que los niños vean cuentos de adultos. O tal vez no.. Sin embargo, no nos interesa ahondar en otras temas. Pasaremos a continuación a analizar lo que a los ojos adultos puede resultar fascinante y quizá aterrador para algunos..
Para empezar, quiero decir, que no debemos pasarnos de crÃticos. El hada afirma que Pinocho debe tener un corazón, pues esto implicarÃa que Pinocho tenga conciencia, es decir, suponemos que el corazón se emplea de manera metafórica. Quisiera no pensar que erradamente se ubica la conciencia en el corazón, lo cual puede resultar confuso, para niños, para adultos y para filósofos. Más, debemos comprender que se trata de un contexto fantaseoso en el que las hadas existen, y las narices crecen cuando se miente, por lo que debemos comprar la idea. Sin embargo el hada no le da un corazón sino hasta el final del cuento, cuando éste prueba ser valiente salvando a Gepeto y se arrepiente de corazón de su viaje al paÃs de los juguetes y de no haber ido a la escuela en su lugar. Asà que al principio, se le encasqueta a âPepe Grilloâ, o Juan Grillo en otras versiones, que legalmente funge como una especie de tutor, psicológicamente como un Superyó marciano, y fantásticamente como un corazón andante, repito, les compramos la idea. Juan Grillo es clave, es el elemento ejemplarizante en la transición.
Pero ante todo, el cuento de Pinocho, es una inexorable metáfora del paso de la infancia a la madurez, en el tanto trata sobre como convertir a un niño "de madera" en un âniño de verdadâ. Para ello Pinocho deberá saberse comportar; no lo será mientras mienta, fume o juegue todo el dÃa (en cuyo caso se convertirá en burro). Será maduro cuando aprenda a respetar a los demás, a ayudar a su padre y cuando comprenda lo que le espera a una persona en la vida adulta, sólo entonces âPepito Grilloâ (o la conciencia) estará tranquila. El mensaje es además moralista y aleccionador, sentando bases educativas sobre la idea de qué es correcto y qué es una conducta mal vista a los ojos de la moral y la ética; la bondad contrapuesta a las malas compañÃas, la voz de la conciencia, la vida y la responsabilidad que la misma conlleva.
Resulta también interesante, ver como se utiliza el animal del zorro, o la zorra, para ejemplificar personas âmalasâ, insidiosas, incluso precaristas. Se refuerza una tendencia simbólica de un inconciente colectivo que quizá refuerce la prevalencia de ciertos estereotipos. Quizá lo correcto, y además la moda en el Disney actual, es precisamente romper estos simbolismos e imaginarios sociales (princesas negras, y otras personajes contrarios a esta situación que en este momento no me vienen a la mente).
Por otro lado la descripción del paÃs de los juguetes trae consigo juicios y gustos implÃcitos que pueden incorporar los niños por modelamiento
âEn el jardÃn las golosinas colgaban de los árboles como si fueran frutas naturales; y qué golosinas.. El brillante chocolate tomaba toda clase de formas y se combinaba con el blanco y dulce turrón, con la verde menta, con las frutas confitadas chorreando almÃbar perfumado; y todo era color, sabor y felicidadâ
No debemos extrañarnos entonces de venir sufriendo desde hace años la mayor crisis de obesidad en la historia con nuevas enfermedades como hipertensión para niños sedentarios y obesos que no comen frutas y verduras.
Otro aspecto interesante es el de los burros. Convertirse en burro es el precio que se paga por vivir en el paÃs de los juguetes y no ir a la escuela. La figura del burro jala las caravanas en el cuento. Es esta una metáfora de movilidad social y status económico? La idea de la caravana de niños jalados por burros, ya de por sà resulta una idea macabra.
Es asÃ, que Pinocho intenta hacer ver a los niños como abrirse camino en una sociedad, en la que se es burro si no se tiene conciencia del estudio y sentido de la responsabilidad.
âTe convertirás en un niño verdadero, con un corazón sensible, y bueno. Desde ese dÃa no mintió, fue un alumno aplicado y noble como querÃa el hada y sobretodo un excelente hijo para Gepeto.â