En la Cruda Verdad hicimos un recuento histórico de procesos penales y condenas del reo Joaquín Alberto Fernández del Vals, todo un caballero con armadura de barro y peso pluma en honestidad.
Desde joven siempre estuvo unido a sus primos hermanos Victor y Jesús, al punto que en la finca en Paraíso les decían los trillizos, todo lo hacían juntos y hacían de todo juntos, pero como no queremos que este blog sea declarado para mayores de 18 años no vamos a contar dónde le metían el pichelito de juguete en la casita de las chiquitas, lo único que podemos adelantar es que después tenían que lavarlo con agua hirviendo y echarlo en cloro.
Su padre, el recordado Joaquín Alberto Fernández Robles fue uno de los hombres más trabajadores y honestos que ha tenido este país, llegó a ser subgerente de la gran institución que es el ICE, su legado de esfuerzo es imborrable y el de rectitud aún más. Los de la vieja guardia recuerdan como hace casi medio siglo lo intentaron sobornar para que favoreciera una compra que le urgía a la institución pero él la rechazó y echó a los que querían corromperle.
Pero hay gente que tiene los genes desviados, eso es lo único que podría explicar la conducta de Joaquinchito quien de la honestidad de su papá no sacó nada, como ya dijimos a él solo le gusta parecerse a sus primos queridos. Pero ya ven, generalmente el sistema penal fracasa en reformar a quienes solo quieren delinquir y por eso tienen que tenerlo encerrado.
Joaquinchito no aceptó ser reformado y la politica lo siguió premiando, después de todos los enredos que hizo fue indultado y, como si fuera poco, fue nombrado directivo del ICE donde decidió a aumentar el nivel de sus hazañas. En la época de los sobornos de Alcatel no le tembló la mano para recibir más de un millón de dólares para favorecer a la telefónica francesa.
Pero como alertamos el 1° de marzo, al final la justicia impartió justicia y lo condenaron a cinco años de prisión, pero lamentablemente lo dejaron suelto mientras el fallo queda en firme, por lo que la sociedad costarricense sigue expuesta a sus múltiples delitos.
Lo que sí tenemos claro es que cuando vaya a la cárcel, no todo va a ser dolor, por lo que no podrá extrañar lo que Vitorino y Chuta tanto le han dado y él gustoso ha recibido.
Además, recuerde que si se lo topa en la calle no debe perder tiempo gritándole las verdades porque Joaquinchito solo oye lo que le conviene.
La cruda verdad es que hay veces hijo de tigre sale cagado!