En la película 1984, basada en la novela de George Orwell, "el partido" de gobierno controla al pueblo mediante un esquema de comunicación que llega a dominar todas las mentes. Cada individuo está cohesionado contra los países con los cuales están en guerra y, principalmente, contra el enemigo interno llamado Emmanuel Goldstein. Sin embargo con el transcurrir de la trama empiezan a surgir un par de dudas ¿las guerras son reales? ¿existe Goldstein? La respuesta es simple: no importa.
Emmanuel Goldstein y "nuestros enemigos" no son, todo lo contrario están siendo una construcción de los grupos organizados que necesitan mantener el poder o el status quo. Su designación es rotativa, aleatoria pero consensuada por quienes crean y dominan las agendas que nos mantienen ocupados. Lo vemos en la guerra contra el terrorismo, la guerra contra las drogas, el crimen organizado, los enemigos de la libertad, los enemigos de la democracia, los enemigos del país, el mal vecino, el ALBA y, como no, el mismísimo diablo imperialista de Washington.
Pero también llegar a tener descansos en mini-enemigos, aquellos que deben ser tolerados: la prensa vendida, los diputados inútiles, los magistrados que no hacen nada, los jueces alcahuetas, los fiscales que no le ponen, los policías miedosos o corruptos, etc. Toda esta lista anterior es la cara de una moneda que en el otro lado exhibe los triunfos del sistema: las buenas noticias de los toros de la semana, la muchacha a culo pelado novia de un "empresario", la sentencia contra un muerto de hambre que se robó cualquier cochinada respecto a aquel político que sigue en su casa después de lavar y/o robar sin miedo, la producción nacional de tecnología, las empresas que se celebran como si ya hubieran llegado, los empleos que dicen que van a crear y otras yerbas.
En la sociedad de hoy es difícil constituir un Gran Hermano porque las herramientas de ciberinteracción estén en manos de los usuarios, por eso corresponde que varios hermanos se encarguen de la tarea de constituir nuestra identidad, enemigos, amigos y visión general de la realidad gracias a la cantidad de información masiva que pueden transmitir. Al final somos lo que otros nos han dicho que somos y queremos u odiamos a quienes nos ordenan querer y odiar.
Pero también llegar a tener descansos en mini-enemigos, aquellos que deben ser tolerados: la prensa vendida, los diputados inútiles, los magistrados que no hacen nada, los jueces alcahuetas, los fiscales que no le ponen, los policías miedosos o corruptos, etc. Toda esta lista anterior es la cara de una moneda que en el otro lado exhibe los triunfos del sistema: las buenas noticias de los toros de la semana, la muchacha a culo pelado novia de un "empresario", la sentencia contra un muerto de hambre que se robó cualquier cochinada respecto a aquel político que sigue en su casa después de lavar y/o robar sin miedo, la producción nacional de tecnología, las empresas que se celebran como si ya hubieran llegado, los empleos que dicen que van a crear y otras yerbas.
En la sociedad de hoy es difícil constituir un Gran Hermano porque las herramientas de ciberinteracción estén en manos de los usuarios, por eso corresponde que varios hermanos se encarguen de la tarea de constituir nuestra identidad, enemigos, amigos y visión general de la realidad gracias a la cantidad de información masiva que pueden transmitir. Al final somos lo que otros nos han dicho que somos y queremos u odiamos a quienes nos ordenan querer y odiar.