El concepto que los padres tengan sobre su hijo determina en gran medida el concepto que el mismo va a desarrollar de su persona. No me refiero a lo que sus padres "digan" necesariamente sino a lo que creen en su interior de manera consciente o inconsciente.Una madre que "todo" se lo haga al niño, por la razón que sea, le está comunicando que él por sí sólo no puedo y que necesita alguien siempre a su lado. Un padre que no quiera que su hijo o hija tenga juegos o desafíos muy complicados, por la razón que sea, le está comunicando que no es muy capaz y que no podrá manejar satisfactoriamente estas situaciones nuevas o desafiantes y la posible frustración.
Los ejemplos pueden ser muy numerosos. Pero lo importante es que la información de la dinámica familiar arroja luces sobre estos datos. De esta manera se instruye a los padres para que modifiquen esos mensajes que les envían a sus hijos. De igual manera, los mensajes que ellos acepten de terceros acerca de sus hijos serán a su vez aceptados por ellos. Por eso también se les capacita para filtrar los mensajes nocivos que puedan tener consecuencias negativas en ellos.
No importa si los padres no tienen una escolaridad avanzada, son capaces de identificar la calidad de los mensajes y pueden discernir entre los que les harán bien o mal a sus hijos, aún viniendo esta opinión de un "profesional".
Se armoniza el concepto que tengan de su hijo, esto significa que lo valoren como una persona en formación y crecimiento, dentro de un proceso de maduración en todo nivel. A veces, los padres de hijos diagnosticados, tienden a resaltar (recordar) más los episodios que confirman el diagnóstico que aquellos donde su hijo muestra una mejoría o incluso una habilidad importante por encima del promedio.
A través de la distorsión, generalización y omisión; los padres parcializan la evidencia condenando sin quere a su hijo a aceptar un diagnóstico muchas veces inmerecido. Esto nos lleva a la última etapa.
