En la montaña; dócil, humilde y calmo, el caracol. Piel sensible y cabeza dura. Paciente; del árbol a la hoja y de la hoja al árbol. ¿El día? Un milenio. El milenio, su vida. Baboso y lento en el verde campo. Pequeño su mundo, infinito el camino. La meta, una hoja. El sueño, volar. La esperanza, el milenio y un poco más. La sal: su enemiga aún desconocida; y el escargot apenas una pesadilla... en su breve sueño matutino.
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