
Hacerse viejo es normal dentro de nuestra evolución. Fuimos niños, asistimos a la escuela, después nos comenzaron a salir esas molestas espinillas y lo demás del combo de la adolescencia, y para esas fechas más o menos fue que empezamos a asistir al colegio, y si los números no me fallan, una buena parte de las personas que al igual que usted leerán éste post, nos encontramos dentro del grupo llamado adultos jóvenes, talvez muchos en la universidad o bien laborando con una o más carreras al hombro.
Luego de esta etapa nos volvemos... Digamos que nos terminamos de volver adultos pero con unos cuantos lustros de más encima, y luego de trabajar muchos años y de acabarse casi toda nuestra salud física y mental, digo, nuestra vida laboral..., a grandes rasgos comenzamos nuestra nueva etapa como adultos mayores, donde vemos al fin todas nuestras metas cumplidas y descansamos con paz y tranquilidad rodeados de nuestra familia, o en un caso menos agradable vemos con frustración nuestro pasado irreversible, y vivimos peleando con el desorden de familia que ternimanos educando.
Pero baaaa.... Todavía nos queda tiempo suficiente para analizar nuestras vidas y enderezar nuestro camino.
La cosa es que para cada etapa en nuestra vida hay un tiempo, y es por la distorsión que acabo de detectar en mi ciclo natural que hoy me dio por sentarme a escribir éste post.
Desde hace unos días mis amigos me han venido haciendo ver que he cambiado un poco... Estoy más gordo, mi típica rasurada semanal se ha vuelto quincenal, pero irónicamente es mi cabeza la que está empezando a verse libre de cabello.... Por cierto, tengo como dos meses de no cortarme el poco pelo que me queda, y recién me di cuenta que un poco largo mi cabello se vuelve colocho y muy poco amigable con cualquier tipo de gel o crema.
Desde pequeño las ojeras me han caracterizado. Las he tenido desde que tengo memoria, y no es que tenga alguna enfermedad o que me exceda yéndome de fiesta, sino que soy así de palidejo desde que nací, pero últimamente ni la costumbre me ha salvado de al verme al espejo, hacerme a la idea chistosa de que cualquier emo envidiaría esa zona de mi cara de la manera que he lucido en estas últimas semanas. Y si a las ojeras les sumamos mi barba y esta greña desordenada... Pucha! Cada día me siento más parecido al naufrago de la película.
Talvez tratando de resumir, puedo pensar y reconocer un par de cosas.
Primer punto: Mi vida es un desorden, y es totalmente cierto. Ya no conozco mi casa de día, llego a dormir o de vez en cuando a sentarme a la computadora a vegetar como hoy, todo lo ando perdiendo, todo lo que debo hacer se me olvida, y ni siquiera he vuelto escribir como el blogger que era hace un par de meses. Nada. El colmo es que hasta pereza me da ordenar el desktop y ya hasta lerda puse la computadora de tanta basura que tengo ahí.
Mi tambaleante horario me está matando. Y ni qué decir de los desordenes de comidas que he tenido que hacer. Por otro lado ya no sé diferenciar el dolor de cabeza con el de espalda porque a veces se juntan y se vuelven como uno solo, pero talvez pronto me haga inmune a ellos. Todo lo anterior gracias a la combinación, brete-universidad-más brete.
Segundo punto: Me estoy matando solo: últimamente mi jornada laboral ha sido bastante extensa, digamos que tan extensa como para ver a todos mis compañeros entrar por la mañana e irse por la tarde/noche, mientras que aun me queda otro ratiiiillo más de quehacer. Hoy llegué una hora tarde a un curso que empezaba a las 7:30. Con decir que tardo 10 minutos del trabajo a la universidad creo que lo digo todo.
Y para terminarla de hacer triste, aquí estoy a las 12:30 del día 23 de de Septiembre frente a la computadora, con un cigarro y una bebida energética sabor a cereza para tratar de espantar el sueño, escribiendo en mi blog a sabiendas que me espera como dos horas de una lectura súper aburrida para un informe escrito que debo entregar el sábado, seguidas de unas cuantas horas de sueño que serán interrumpidas a las 5:00 am para levantarme, partir de nuevo hacia mi trabajo, y despertarme de camino, talvez.
Pero eso no es todo lo que necesitaba para sentirme viejo y arruinado. A pesar que ya estoy acostumbrado a que me encaramen como 5 años por encima de mi edad y a pesar que aparentemente poseo toda la facha necesaria de estudiante universitario, hoy me hizo gracia y a la vez me puso a pensar pues el taxista que me traía desde la universidad hacia mi casa me dijo a mis virginales 23 años....: "Compa dígame algo, ¿verdad que usted es profesor de la u?
Pucha! Me terminó de hacer leña!!! Tengo pinta de profesor universitario!!! Todavía de colegio más que paso, pero de la u?
Espero que haya sido que el taxista también andaba dormido y no me observó del todo claramente....
Espero que éste próximo reclutamiento de educadores sí sea tomado en cuenta por el mep porque la verdad, necesito un cambio de trabajo urgente. Porque de lo contrario creo que le tendré que cambiar el nombre a éste blog y nombrarlo "Cuentos desde la cripta" o desde el chapuí, o desde el hogar de ancianos...
Creo que necesito vacaciones...
Saludos y buenas noches, días, o lo que sea que sea a estas horas!